Mi nombre es Andrea Rubiano Ramírez, bailarina, tengo 38 años y de nacionalidad Colombiana. Laboré en la Compañía Troubleyn en el año 2004 después de haber sido seleccionada en una audición realizada por Jan Fabre en la ciudad de Bogotá en el marco del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, en donde participó La Compañía con el solo “Cuando el hombre principal es una mujer”.
Gracias a Jan Fabre, tuve la oportunidad de salir por primera vez de mi país y viajar a la ciudad de Bruselas en el 2004, en donde participé de la creación “Tannhauser” que se realizó en colaboración con la Opera La Monnaie y Troubleyn.
Durante mi estadía en Bélgica nunca vi ningún acto desfavorable por parte de Jan Fabre en contra de los artistas o de sus colaboradores; al contrario, siempre presencié situaciones de amabilidad y de buen trato. Jan Fabre es una persona que sabe lo que quiere y lo que necesita para sus creaciones y de esta manera selecciona los artistas que sean capaces de asumir los retos profesionales que propone. Es una persona que extrae lo mejor de cada bailarín para que pueda brillar en el escenario y es esto; lo que quizás no están acostumbrados los bailarines a asumir ya que el trabajo propuesto es estricto, riguroso, disciplinado, exigente y profesional.
Hoy día doy gracias a la formación que recibí en Troubleyn y con Jan Fabre, soy una excelente bailarina y profesional; después de terminar la creación volví a Europa y me radiqué en París por 7 años, en donde me especialicé en la danza afrocontemporánea.
Todos estos logros que he obtenido a lo largo de mi vida se los debo en gran parte a la experiencia vivida con Jan Fabre y con el trabajo realizado durante mi estadía en Bruselas.
Me entristece enormemente que el trabajo que se ha construido después de tantos años se vea afectado por acusaciones de algunos artistas que quizás no pudieron encajar en las propuestasenunciadas por Jan Fabre.
Andrea Rubiano Raminez
Bogotá, 27 de Enero 2019